martes, 24 de mayo de 2011

Bosques “hechos a mano” en Egipto

¿Desafiar a la naturaleza?...Algo que antes nos podía parecer tonto o hasta imposible el gobierno de Egipto demuestra que es posible al convertir zonas desérticas de su territorio en fértiles bosques. 

Lamentablemente para los egipcios el 95% de su territorio está cubierto por desiertos completamente estériles o con poca vegetación lo cual hace muy difícil que se puedan autoabastecer de recursos básicos como alimentos o madera, por lo que han emprendido la difícil labor de forestar ciertas áreas de su territorio regándolas con aguas residuales.

 Área forestada

El uso de aguas residuales para esta tarea es una gran idea ya que contiene gran cantidad de nitrógeno, micronutrientes y sustancias orgánicas ricas para la tierra; además que constituyen 7 millones de metros cúbicos al año usados contaminados y desechados por los más de 80 millones de habitantes que actualmente forman parte del país. La irrigación se realiza empleando los mismos sistemas de regadío utilizados durante años por los propios campesinos egipcios, tanto para el transporte como para el bombeo del agua.  

Para elegir las especies de árboles y plantas que se sembrarán se lleva a cabo un completo análisis de suelo, clima y agua que permite elegir las capaces de sobrevivir en condiciones extremas. Por ahora la mayoría de los árboles sembrados son árboles con madereras de alto valor económico como álamos, papiros y eucaliptos, granos para producir biocombustibles como la jatrofa y la jojoba, o para fabricar aceites como la colza, la soja y el girasol.

Hasta el momento han “hecho” 34 bosques a lo largo del país, desde las ciudades norteñas de Ismailia y Sinai hasta las zonas turísticas del sur como Luxor y Asuán, con un total de 71.400 kilómetros cuadrados, que equivalen a la superficie total de Panamá o Irlanda; además están otros 10 en construcción equivalentes a 18.600 kilómetros cuadrados lo que suma un total de 90.000 kilómetros cuadrados forestado. El objetivo a lograr es el millón de kilómetros cuadrados lo que significa volver verde a todo el país.

 Vista satelital de Egipto

Aunque a corto plazo este proyecto parece tener infinidad de ventajas y ninguna desventaja como combatir las sequias, la desertificación y la erosión, aprovechar el agua de desecho, ayudar a agricultores y satisfacer las necesidades de madera y alimento del país se debe tomar con calma y cautela ya que se desconocen los impactos que puede acarrear el cambio de ecosistema para la biodiversidad.

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